Take a spike of salt and pull it over them fields. I take for granted the greatness of your sight.
Think Janice, for example. At her work desk, in beige ambience, papers float aloof, for a lot of time. Those papers is I. I am that time. Time increased and time gone by.
O piensa en Jimena. En contra corriente, nos desvió hacia la cúspide de un escándalo automatizado. Y sin embargo, las vistas aún asemejan a la iconoclástica vintage NYC Al Quaeda.
Me reencuentro en sorbos de desgraciada perseverancia. Imagina Jimena. ¿Cómo podían quince años ser más inutilmente colocados en un plano no mayor a lo necesario para vivir? Para vivir no hay que saber vivir. Pero todo el mundo quiere saber, nadie quiere vivir.
Then again, my thoughts reign supreme for her. Now imagine Janice. One of these days I may have to buy soda popsicles just to feel her again. Cut at heart in perfect frenesy. Maybe in some other way I’ll remember Janice.
Imagina Joyce. Imagine Jazmín.