“Hay un ser de luz enterrado en mi bruma”. Cuántos pasos da el tiempo, mas el sentimiento que es remedio permanece intacto. La ley de mi vida sabe a pergamino y huele a primicia. Hay bruma que acosa y devora mi alrededor por acción mía, o proveniente de mí. Mi metaconsciencia es un tesoro, tan crustáceo y tan de oro. ¿Post diario o proto establo de mi memoria? Las luces apaciguan mis heridas invisibles, o las que yo cometí. A ella y a tí.
“Prometo volver a nacer”. Gritaba así la determinación que algún día habría de alcanzar.