Tú. Mil abejas en sincronía. Cuantas sean necesarias, ni aún así. Pues tú.
Después del terremoto y las casas digitales, te funcionó ser tan lo que a mi no. Pese a pesar en pena, mis laberintos en los que tu vives desde siempre, tus obras mías muy vivas en solipsismo ya no mío. Y yo que te hice, y tu que me hiciste. Como las olas rebotan, ya no sirve más nada. Explícame entonces; que esta cruzada no tendrá tu nombre más tus espiritualidades las tiene todas.