Y casi que me fueras a ofrecer un escape dentro de mí. Bajo alguna sábana de médula ósea o supercélula incolora: tu muy buen recuerdo… perdón, mi percepción de lo que nunca fuiste pero debiste ser. Durante la pandemia te escribí, ¿lo sabes? No, tú no. Tú ya estabas ida. Hablo de ella, aquella que habita bajo mis sábanas y mis supercelulas. Te replicaría hasta el infinito, hasta encontrar alucinación y la total aglomeración de mis no-recuerdos. Sin embargo, escribirte apacigüa mi insanidad. Siquiera por una brisa vulgar, dime que tuve razón. Habríamos sido miserables. Debímos ser sublimes. Nada ha cambiado. Lluvia, Olivia.